lunes, 19 de abril de 2010

Infórmate.


Nuestras manos, nuestra presencia les transmiten confianza, seguridad y serenidad, ayudándolos en su desarrollo personal y social, disminuyendo su ansiedad y favoreciendo su independencia.

Pensemos en las caricias como un masaje y, a su vez, en el masaje como un juego. Un juego para relajarnos después de un día difícil, largo o excitante. Un juego para comunicarnos de un modo distinto, aunque nada extraño a la naturaleza del ser humano, demostrando nuestro amor, confortando, calmando y compartiendo con ellos unos minutos intensos y placenteros.

Es necesario procurar alejarnos totalmente de la rutina mecánica, porque cada niño es diferente y cada día es diferente, hagamos del masaje un juego cada día, también, diferente. Y recuerda siempre que un juego necesita la aceptacón de ambas partes, no se puede jugar si uno no quiere.

Para realizar el masaje debemos procurar crear un ambiente cómodo y tranquilo. Una habitación cálida, una luz tenue, incluso una música relajante son instrumentos fabulosos para ayudarnos. También se pueden usar fluidos hidratantes o aceite de almendras dulces, pero siempre de componentes naturales y con la máxima pureza posible.

Debes centrar la atención en tus manos, manteniendo el contacto continuamente, al menos con una de ellas, ¡déjate llevar y disfruta de una experiencia placentera y enriquecedora para ambos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario